Mi experiencia en el Oceano Indico

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    JuanFco
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    Sé que hace mucho no escribo en este foro, pero bajo recomendación de uno de los foristas más técnicos y acertados he decidido compartir a través de este lugar mi experiencia en el Oceáno Índico, donde estuve embarcado como seguridad («mercenario» les llaman algunos)en el buque atunero «Felipe Ruano».

    Bueno, la historia comienza con el secuestro del buque vasco (español) de similares características «Alakrana», el cual permaneció secuestrado por piratas somalías a finales del año 2009, entre el 3 de octubre y el 17 de noviembre de aquel año, después del pago de unos 4 millones de euros según algunas informaciones no oficiales, se logró su liberación, era pues el segundo secuestro de un buque español efectuado en dichas aguas, ya que el primero había sido sufrido por el buque atunero «Playa de Bakio» entre el 20 y el 26 de abril de 2008, el cual se dice que costó unos 1,2 millones de euros de pago de rescate.

    Ante esto, el gobierno español decidió mediante la modificación de la Ley de Seguridad Privada el 2 de noviembre de 2009, autorizar el uso de armas de guerra de hasta 12,7 de calibre, para agentes de seguridad que presten servicio resguardando dichos buques.

    La empresa de seguridad para la que trabajo envió pues un email a todos sus trabajadores o que conocieran a Vigilantes de Seguridad titulados como tales, que tuvieran licencia de armas tipo «C» (la de seguridad privada) y que además poseyeran experiencia militar (la «mili» básicamente hablando), y que claro estuvieran interesados en prestar este servicio, para que mandaran su curriculum y someterlos a un primer proceso de selección.

    Ante lo expuesto y puesto que no perdía nada enviandolo, lo envié, a la semana me llama una señorita desde Madrid indicándome que había pasado este primer proceso de selección y que sí quería continuar con el mismo debía de presentarme al día siguiente en Madrid, ante esto hablé inmediatamente con mi Inspector para modificar el cuadrante y que me permitiera ir, salvado esto pude presentarme.

    Viaje a Madrid (vivo en Valladolid, a dos horas al noroeste) y me presenté a un examen escrito de 250 preguntas, que tenía mucho de psicotécnico y de cultura, luego de aprobado el mismo pasé a la entrevista personal, siendo el primero que entrevistó el Comandante en retiro de la Armada Española que tiene a su cargo este servicio, manisfestándome que mi curriculum le había sorprendido, haciendo la pregunta que siempre me hacen cuando saben quien soy y de donde vengo «¿Qué haces en España?», a lo explicado me indico que me quería como Jefe de Equipo, haciendome firmar los papeles necesarios para someterme al examen médico, a lo que yo le manisfeté que hasta marzo no podría embarcarme ya que mi familia venía de Perú en febrero a visitarme, a lo que me dijo que si yo aceptaba embarcarme al menos dos meses diciembre y enero, y me aventuré a decirle que sí.

    Esta noticia obviamente no le cayó muy bien a mi esposa ni a mi familia de Perú, quienes se negaron a apoyarme en la decisión de embarcarme. Pasados unos 3 días de esta entrevista me llamó el Comandante para indicarme que había sido seleccionado, pero yo le indiqué que hasta marzo no podría, ya que este decisión mía me había ocasionado discutir con mi familia, a la que espera convencer en febrero cuando llegaran a España, me dijo que me deseaba suerte en este objetivo manifestándome que mi selección había sido efectuada entre muchos aspirantes a tal puesto.

    Así pude ver mediante la TV las noticias de este primer contingente compuesto por 52 VS que se preparó durante 4 días en la Base Naval de Cartagena y salió inmediatamente en un vuelo militar hacia Puerto Victoria en la isla de Mahé en las Islas Seychelles, con envidia mía claro esta, ya que yo deseaba formar parte de este primer contingente.

    Pasó el tiempo y las noticias de este primer grupo no eran de las más alentadoras, muchas quejas, de peleas entre el equipo, gente que no aguantó ni 15 día en la mar, gente que abandonó el buque, la granada que impactó en el buque «Albacan», disparos, persecuciones y cosas por el estilo; a mí me volvieron a llamar en enero para el segundo curso, el cual rechacé, me llamaron para el curso de febrero, al cual no pude asistir por encontrarme en Paris de vacaciones con mi familia de Perú; pero llegó el mes de marzo y ante la llamada para el curso de ese mes, no pude negarme, y bajo tensión por la reacción de mi esposa y mi familia de Perú, asistí al curso de 3 días dictado en Madrid, donde se tocaron temas que yo como marino ya conocía; lo único interesante realmente fué el protocolo de actuación, el cual era muy directo y contundente, y que claro debías de cumplirlo si querías regresar con vida.

    En el último día del curso se me acerca el Comandante y me dice si me quería embarcar a fin de mes, en el buque «Felipe Ruano» el cual ya tenía que relevar a dos intergrantes del actual equipo quienes eran los que más había aguantado en la mar, los 4 meses y medio, lo cual no me pareció demasiado ya que yo había estado embarcado hasta 13 meses alguna vez en mi vida. Al contestarle afirmativamente me dijo que esperara su llamada.

    Regresé a Valladolid, siendo contactado a la semana indicándome como fecha inicial de salida el día 29, la cual luego fué cambiada al día 31, día en el que me tuve que presentar muy temprano en la oficina de la empresa en Madrid, donde me entregaron el equipo y los pasajes de avión cuya ruta era Madrid-Paris-Nosy Be-Antsiranana en Madagascar; luego de la despedida con mi esposa, abordé el avión a las 15:00 del día 31, llegando a bordo de la nave a las 18:00 del día 01 de abril.

    Luego de la debida presentación ante el Jefe de Equipo, el cual había embarcado 15 días antes, y sabiendo que las armas se encontraban a bordo pero desabastecidas y bajo llave resguardada por las autoridades locales en tierra, zarpamos al día siguiente a las 17:00 horas rumbo a faenar, ese día fué la primera noche que hice guardia a bordo.

    Pues bien, el embarque no era lo que yo esperaba, ya que en el curso nos habían dicho que las faenas se extendían de 20 a 25 días y luego se desembarcaba lo pescado durante unos 5 días en las Islas Seychelles, en Madagascar o en Kenia.

    Mi embarque fué de 53 días en la mar!!!, luego de lo cual y bajo emociòn de todo el personal de seguridad compuesto por 3 personas (de los cuales los otros 2 era su primera vez a bordo de una nave), arribamos por 4 días a las Islas Seychelles, luego de los cuales zarpamos ya sin red (porque el buque entraba a dique en Madagascar) escoltando al mercante «Izar Argia», el cual aún no contaba con VS (ese es un tema bastante complicado que no vale la pena tratar en este post), luego de 2 días más de navegación llegamos a Antsiranana (Diego-Suárez) en Madagascar, donde mis dos compañeros se reembarcaron en el mercante para prestar seguridad para su regreso a Seychelles, y donde regresarían a casa, el suscrito tuvo la fortuna de esperar dos días más en Madagascar para proceder a salir con el relevo de personal del buque rumbo a España, el cual se produjo el día 3 de junio con la misma ruta que seguí al llegar, y que luego de una hora de demora de salida de Nosy Be, la pérdida del primer vuelo Paris-Madrid, la demora de una hora de la salida de Paris, la pérdida de una maleta en Paris y la pérdida del primer tren rumbo a Valladolid, llegué a esta tranquila ciudad a las 19:45 horas del día 4 de junio de 2010.

    Bueno, respecto al armamento que teníamos a bordo, se compomían de 4 fusiles HK Modelo G36E calibre 5.56x45mm con 1 500 tiros para cada uno, 2 ametralladoras MG 3 y MG 1 A3 TR del calibre 7,62x51mm con 5 000 tiros para las dos, aparte claro esta de visores nocturnos, miras holográficas, chaleco nivel III y casco de kevlar. El suscrito fué elegido como francotirador del grupo (tiro selectivo con fusil) y encargado secundario de una de las ametralladoras (la «gordita» como la llamaba el Jefe de Equipo), los otros dos eran encargados primarios de una ametralladora, uno como ametrallador y otro como abastecedor. Afortunadamente y salvo una llamada de auxiio de un mercante lo cual resultó ser simples pescadores que faenaban por ahí, no nos tocó actuar en la mar, y digo afortunados porque todos los días se recibían reportes de la Operación Atalanta respecto a los avistamientos, persecuciones, combates (sin bajas en el personal de seguridad) y secuestros acaecidos en la jornada, y vuelvo a decir afortunados puesto que estuvimos navegando a 300 millas de Mogadicio (Somalia).

    Esto fué en resumidas cuentas mi experiencia en el Oceáno Índico, la cual fue muy enriquecedora pero definitivamente no pienso repetir. Comparto algunas fotos de ella.

    Sin otro en particular y muy feliz de estar de regreso en mi casa y poder dirigirme a todos ustedes.

    Juan Francisco ZÁRATE Morán

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