¿Por qué?

Iniciado por Cecilio Andrade, 14 de Marzo de 2013, 10:44:14 AM

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Cecilio Andrade

¿Por qué?

Publicado por Cecilio Andrade


«El arte de la guerra es el arte de la vida».

Máxima samurái

Comencemos con un poco (¿más?) de filosofía.

Es posible que para la mayoría de los lectores, la cita que da pie a este artículo sea una contradicción en sí misma. O quizás, otra más de esas ideas enrevesadas para nuestra práctica y materialista mente occidental, importada de un Oriente lejano en el tiempo y en la distancia. Al fin y al cabo, la guerra, violencia por definición, trata sobre la eliminación de la vida, ¿no?

Pero si acompañamos esa máxima antigua con una idea más moderna, de alguien como el señor Jeff Cooper, maestro de armas, considerando tal título con la importancia y nobleza que se le otorgaba en un pasado ya olvidado, innovador en una época en la que se creía ya todo inventado, y filósofo de la vida por encima de todo, es posible que iluminemos algo su significado.


En su trabajo Principios de la Defensa Personal, podemos leer lo siguiente:

«La única razón que justifica disparar a otro ser humano es la imperiosa necesidad de detener la acción que en ese momento está realizando.


Esta necesidad debe ser tan grande que no importe, legal o moralmente, que el sujeto muera como resultado de haber sido parado».

En el mundo actual, desgraciadamente cada vez más violento y hostil, ambas ideas son total y absolutamente válidas, complementarias y consecuentes.

Qué puede ser más importante que la salvaguarda de la vida de nuestra familia, de nuestros amigos, de los ciudadanos que como defensores de la sociedad hemos jurado proteger si somos policías o militares, aun a costa de nuestra propia vida o de la del agresor.

Pero ocurre que muy a menudo, cada vez más por desgracia, alguien no tiene ese punto de conciencia en su alma, y busca acabar con esas vidas. Ante lo cual algunos hombres y mujeres buenos se ven obligados a hacer uso de sus armas, sus conocimientos y sus habilidades, poniendo su propia vida en juego para detener a esos individuos, viéndose la mayor parte de las ocasiones en la necesidad de matar para proteger vidas.

El mayor tabú de cualquier sociedad civilizada es «no matarás», principio común para la gran mayoría de religiones y filosofías. Cualquier individuo moral y mentalmente sano sufrirá en mayor o menor medida si se ve obligado a saltarse ese tabú, aunque ello sea por un bien mayor. Siempre queda la duda de si pudo hacerlo mejor, si pudo evitarlo.

En este caso, su salvaguarda mental y moral está en dos ideas muy claras, la correcta y recta moralidad de la acción, «soy de los buenos», y una preparación técnica y táctica intachable que permita elegir una variedad suficiente de acciones.

Por otra parte, los criminales, aunque pueden tener una preparación similar o, desgraciadamente puede ocurrir, superior, por lo general no tienen esas dudas, y si las tienen, son consideradas como algo superfluo, se soslayan con motivos más o menos seudo-éticos o con razones de supuesta justicia por la «causa».

Cualquier policía o militar sabe que porta una herramienta intrínsecamente peligrosa y letal, pero, y no debemos olvidarlo, no más que un destornillador, una llave inglesa o ¡un coche! Y al igual que tales herramientas, no es más peligrosa que las manos que la empuñan y la mente que las dirige.

En manos de delincuentes se convierten en algo mortal. Para los policías y militares son herramientas de protección, pueden matar de igual forma que las de los criminales, indudablemente, pero solo cuando esas manos y mentes así lo deciden como algo inevitable, y siempre por un bien mayor. Al fin y al cabo, nadie obliga a un criminal a serlo.

El criminal utiliza normalmente la máxima fuerza necesaria, y la mayor parte de las veces, más aún.

El policía siempre hará uso de la mínima fuerza necesaria. Su idea debe ser siempre proteger la vida, toda vida, y a toda costa, salvo si se debe elegir entre la propia, la de su familia, compañeros, amigos o ciudadanos; entonces la balanza solo se puede inclinar en una dirección, la correcta.

Para ello se trabaja, estudia, entrena y, sobre todo, se realizan sacrificios.

«Negociar antes que golpear.
Golpear antes que herir.
Herir antes que matar».

Ese es el principio fundamental que guía mi forma de vivir, trabajar y, se lo aseguro, de intentar transmitir a los que me sufren en mis escritos, clases o conferencias. Para que todo esto sea así, antes debemos conocer el qué, el cómo y el cuándo, de tal manera que comprendamos perfectamente la forma correcta de actuar.

Todos mis artículos solo pretenden ser una guía inicial para todos aquellos profesionales que de una u otra forma se encuentran, o se pueden encontrar, envueltos en situaciones de alto riesgo.

Es por y para ellos que escribo.
"Nunca sacrifiques el honor por alcanzar honores"

Mandragora

Gracias maestro Cecilio por compatir estas reflexiones y sumar en beneficio de nuestra comunidad, la escala de valores es la base de toda defensa legitima y la ausencia de los valores es la base de todo ataque.
Es una ironia que el hombre siendo aun primitivo fue violento por preservarse como cualquier otro animal libre de culpa por actuar instintivamente, es el desarrollo del neocortex y las reglas de convivencia derivadas de las consecuencias positivas aprendidas y experimentadas de vivir en manadas y grupos lo que deviene en lo que conocemos como vivir en sociedad de la mano con el sedentarismo la caza y la siembra en situaciones geograficas convenientes para los fines.
Son los beneficios y frutos de esta sociabilizacion de la evolucion del ser humano la que genero toda esta riqueza y avance tecnologico y aqui estamos regresionando a epocas violentas pero esta vez de una manera perniciosa ya que no se actua instintivamente por el contrario el que ataca lo hace en plena conciencia de lo ilegitimo de su actuar ya que dejar de lado los valores es mas rentable que trabajar y arrebatarle a los demas el producto de su esfuerzo bien justifica el matar o dañar. Un abrazo.

rreyese78

Excelente artículo maestro. La defensa de los nuestros no es nada nuevo; es algo innato y viene desde siempre y será aplicada de acuerdo a la agresión que se quiere detener.
Solo como comentario, acá en este pais es muy complicado probar la legítima defensa y deberían haber muchas modificaciones referentes a lo mismo, al menos para que si un ciudadano honesto y responsable se tiene que defender con su arma, este mismo no termine preso.
Saludos y gracias por el buen artículo.

KEILLY

Mil gracias maestro.
Mas bien un pregunta: ¿Cuando viene al Peru a dar una conferencia, seminario o charla?

cacciatore

Muy buen artículo, gracias.

baikalfull

Gracias por sus siempre exelentes comentarios que nos hacen reflexionar el por que portamos un arma: "Para defender a los nuestros". Espero poder conocerlo y poder recibir sus entrenamientos aqui en Perú, lo esperamos pronto.