El Ejército de Estados Unidos está valorando la posibilidad de reemplazar la tradicional munición FMJ que utilizan sus soldados en sus armas de dotación oficial por cartuchos de punta hueca. De confirmarse este cambio, sería un histórico avance y una apuesta más que decidida por la munición de expansión controlada, tan reclamada por diferentes profesionales de la seguridad policial y militar.

Según informan diversas fuentes que incluyen medios como el The Washington Post y la web www.Military.com, el US Army está evaluando la posibilidad de cambiar la munición blindada estándar, utilizada hasta ahora por todos los países miembros de la OTAN, por munición de punta hueca. Concretamente, según estas informaciones, el tipo de munición afectado por el cambio serían los cartuchos M9 del calibre 9mm Parabellum.

El motivo por el cual los ejércitos de todo el mundo utilizan munición blindada se remonta a los tratados de la Convención de La Haya de 1899, los cuales prohíben el empleo por parte de los militares de munición que sea expansible o se deforme fácilmente.

Según publica la web Military.com, una de las razones del posible cambio del Ejército de Estados Unidos a munición de punta hueca radica en el buen resultado que este tipo de cartuchos ha dado en los diferentes cuerpos policiales del país estadounidense, los cuales usan de forma exclusiva munición de punta hueca en sus armas cortas de dotación.

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Soldado del US Army realizando prácticas de tiro con su arma corta de dotación. Foto: Matthew Cox (10 julio de 2015)

Una de las principales ventajas que tiene la munición de punta hueca es su mayor capacidad de frenar a un atacante, precisamente debido a la expansión que se produce en el proyectil al impactar contra su objetivo. A este respecto, desde el inicio de las operaciones en Irak y Afganistán, las tropas del US Army se han venido quejando de la falta de capacidad del actual calibre 9mm Parabellum FMJ en situación de combate.

Otra consideración tomada en cuenta en la posible elección de la munición expansible para el Ejército norteamericano es la tendencia que tiene este tipo de proyectil a quedarse dentro del cuerpo del agresor (no hay sobrepenetración). Las actuales condiciones de combate transcurren principalmente en zonas urbanas altamente pobladas, así que una munición que tienda a detenerse en el objetivo reduce considerablemente las posibilidades de producir daños colaterales.

El US Army inició un programa de colaboración con la industria armamentística en el año 2013 para el reemplazo de sus pistolas de combate actualmente en servicio. De llegar dicho programa a buen puerto, significaría la compra por parte del Departamento de Defensa de más de 400.000 nuevas armas cortas. Este programa de compra está valorado en al menos 350 millones de dólares, una cifra que podría elevarse potencialmente si los resultados del estudio recomiendan además un cambio a un calibre más potente que el actual 9mm Parabellum.

Cabe notar que los Estados Unidos nunca han firmado el tratado de La Haya de 1899, aunque desde su entrada en vigor sí que lo han respetado. De acordarse el cambio de munición blindada a munición de punta hueca en el US Army, sería la primera vez desde el año 1899 que las Fuerzas Armadas de un país no siguen las directrices establecidas en el tratado de La Haya en lo que a munición de dotación se refiere. Veremos qué pasa.